Un Palacio
al estilo francés
“Juego
es el museo de los museos… en el cada
vez que se juega todas las artes y todos los conocimientos se animan y se despiertan en su infinita variedad en sus relaciones cambiantes en su fugaz unidad …” ¡ciertamente , se trata de una culminación suprema!
En la zona de Camoruco viejo, lugar suburbano ubicado de noroeste de la antigua Valencia. Se le encomienda al arquitecto Francisco Fernández Paz en
el año de 1877, la construcción de la quinta
La Isabela. Las riberas del rio
Cabriales fueron el mejor lugar para que
Don Juan Miguel de Iturriza
y su esposa Elodia Sánchez
construyeran una edificación de estilo
afrancesado para el disfrute
de las épocas de vacaciones junto
a la familia.
¡La
Isabela" nombre dado por Don Juan Miguel en honor a su madre: doña
Isabela!
La quinta
la Isabela significó un camino en la arquitectura y en la vida
valenciana. Su construcción rompió
con los esquemas de las casas
coloniales de los estilos
clásicos, neoclásico, barroco y
gótico. El palacio de los Iturriza -como
se conoce popularmente- se
convirtió en la ¡esfera más
refinada! de la sociedad valenciana de finales del siglo
XIX. Y, lugar de reunión
de personalidades del mundo cultural,
artístico y político de la ciudad.
En 1935 la Isabela pasó a ser casa residencial: propiedad de Don Manuel Vicente Castrillo quien acondicionó la quinta a la vida moderna. Posteriormente el popular “Palacio los Iturriza” se utilizó para diversos fines -lejos de su original comienzo- hasta ser declarada Monumento Histórico Nacional en 1981. Luego de intensos trabajos de restauración a partir de noviembre de 1999, la ¡Quinta la Isabela! funciona como “Museo de la Ciudad” y continúa siendo icono por excelencia de todos los valencianos.
La mayoría de los materiales que se
utilizaron para la construcción que la hacen diferente a las demás fueron
comprados en Europa y llegaron por barco a Puerto Cabello. Finalizándose los
trabajos en agosto de 1887, fecha en la cual fueron colocadas las firmas y los
nombres de las personas que contribuyeron en la construcción de una de las
paredes de la pequeña torre, como se constató en la restauración del año 1935,
que realizó Manuel Vicente Castrillo Paz ¡Su arquitectura se cataloga
actualmente como de estilo arquitectónico ecléctico!
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