Sabrina Salvador es “Natalia Uribe” Una joven de 20 años bellísima, trabajadora incansable. De carácter noble y siempre dispuesta a ayudar. Luchadora y valiente. De espíritu alegre y echado para adelante. No se deja de nadie y es dueña de un carácter salvaje, a más de uno le volará la mandíbula de un derechazo. Natalia tiene una educación nula. Nació en un pueblo extremadamente pobre y jamás pisó una escuela. No sabe leer ni escribir, pero eso sí, es un tiro con las matemáticas y nadie la puede tracalear cuando de sacar cuentas por dinero se trata. A pesar de su gran pobreza y de vivir en un rancho miserable, es una muchacha súper pulcra. Nunca anda sucia ni desgreñada. Se baña diario en el río. Su ropa es muy humilde, incluso rota, pues se viste regalado. Usa un solo par de zapatos de goma bastante roticos.

Natalia es contestona y bastante descarada. No se sabe quedar callada y hace gala de su imprudencia la cual la meterá en muchos líos. A pesar de su carácter agreste, es poseedora de una gran dulzura, de una gran bondad. No va por la vida gritando como una salvaje ni enfurecida a toda hora. Su gran corazón hace que siempre esté dispuesta a ayudar a todos.
Ella conocerá el odio y el desprecio muy de cerca. Más de una humillación va a recibir, y aunque son muchas las lágrimas que va a derramar, también será más de un trancazo el que ella soltará para defenderse de quienes la quieren pisotear.

Dora Mazzone es ”Pasionaria” Personaje muy colorido. Es la dueña de la taguara del pueblo. Muy alegre, dicharachera, peleona y chismosa. Le encanta estar metida en un lío, le encanta saber la vida de los demás. De día luce su pelo normal, pero de noche cuando la taguara prende la rockola, ella atiende a los clientes usando una peluca rubia medio estrafalaria. Le fascina maquillarse exageradamente, sus labios siempre pintados de rojo fuego. Le agarra tremendo odio a Natalia cuando la muchacha le viene a reclamar que le diera una paliza a la cieguita Rosarito. Pasionaria se alía a Sara y a su propia hermana Irene para hacerle daño a Natalia. Pasionaria está frustrada porque no tiene un macho que le de calor en las noches. Se la pasa de coqueta a ver que pesca.
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Adrián Delgado es “Octavio Valladares” No sirve para nada. Frente a su suegro Adolfo, al que teme, finge ser sumiso y educadito, muy obediente, pero en el fondo es una gran rata. Ambicioso que solo desea ser rico y llegar a ser el dueño de todo lo que le pertenece a su suegro.
Por ambición fue que Octavio se casó con Patricia la hija de don Adolfo. Octavio le da mala vida y la trata como un mueble, le restriega en la cara su desamor, aunque delante de todos finge amarla. Octavio vive frustrado pues es simplemente un empleado más de la hacienda, cuando quisiera ser el administrador para poder robar a sus anchas. Él no dudará en asociarse con los enemigos de su suegro para que lo maten y una vez que Patricia herede, él quitarle todo. Es muy hipócrita, rastrero y doble cara.


Yul Burkle es “Baltazar” El cura del pueblo, desde muy niño tuvo que ver con las cosas de la iglesia pues su tío era el antiguo cura de aquel lugar. El padre Baltazar fue criado por ese tío sacerdote que le inculcó el amor por Dios. Desde jovencito, entró al seminario. Al morir su tío, Baltazar se convirtió en el nuevo cura del pueblo. Antes de morir, su tío le confesó el secreto sobre el origen de Natalia, es por eso, que Baltazar está al tanto de todo. El padre es un buen hombre, siempre con una sonrisa en los labios, siempre listo para tender la mano al prójimo. Tendrá muy buenos y fuertes enfrentamientos con Adolfo Uzcategui por sus atrocidades. El padre Baltazar es justiciero. Cuando Patricia; la hija de Adolfo lo busca para confesarle que su esposo la maltrata y la hace muy infeliz, el buen sacerdote trata de darle paz a su alma atormentada. Sin darse cuenta, aquellas visitas a la iglesia de la sufrida muchacha, van tomando un carácter más personal. Y es así, como Patricia se descubre enamorada del cura y se lo confiesa.

Adolfo le permite a Sara quedarse a vivir en la hacienda, quiere a su sobrino Julián como un hijo y lo trata como tal. Sara con el paso del tiempo, se ha amargado porque Adolfo la ignora totalmente como mujer. Es ella quién lleva las riendas de la casa, la que ordena y dispone todo. Aunque Irene es oficialmente la mujer de Adolfo, Sara nunca le ha permitido imponerse. Sara odia a Irene con todas sus fuerzas y desearía ocupar su lugar, pero cuando aparece Natalia en la vida de Adolfo; ella comprende rápidamente que por la juventud de la muchacha, todas serán desplazadas. Sara desarrolla un odio atroz hacia Natalia y olvida su rechazo hacia Irene busca más bien aliarse con ella. Igualmente, Sara se convierte en la mano derecha de Perla para destruir a Natalia. Sara es mala y envidiosa por naturaleza, es baja y ruin, una mujer de cuidado, muy peligrosa. Sara desea que su hijo Julián un día llegue a quedarse con todo lo que posee Adolfo.

Ella se sentirá desplazada cuando se de cuenta que Adolfo se ha enamorado como un loco de Natalia. La venenosa y malévola Sara, que es la cuñada de Adolfo, envenena el alma y el corazón de Irene en contra de la campesinita; ella al verse relegada a un segundo plano, comenzará a desarrollar un gran odio hacia Natalia y se convertirá en su enemiga por miedo a perderlo todo.
Cuando Adolfo bota de la hacienda a Irene pues ha decidido casarse con Natalia; la noble mujer siente que su mundo se derrumba y su odio en contra de la campesina se hace mayor. Por despecho, Irene apoyará cada una de las maldades de su hija Perla en contra de Natalia.

Ella aprende a querer y a respetar a Valerio, quién la ama y la trata como una reina. Pero a pesar de llegar a querer a su esposo, su gran amor sigue siendo Adolfo. Eleonora está llena de una bondad infinita. Una mujer sufrida que carga sobre su espalda el peso de un gran secreto.

Valerio está casado con la sumisa y noble Eleonora, a quién amó cuando la conoció y durante varios años, pero al conocer a la madre de Natalia, dejó de querer a su esposa, quién aceptó con resignación que aquel amor muriera. Eleonora nunca le reclamó a Valerio que la dejara de querer, simplemente aceptó aquel hecho, continuó y continúa casada con él.
Aunque Valerio es un hombre recio y también capaz de ciertas malas acciones, no es un malvado como Adolfo. Las circunstancias obligan a Valerio a actuar de manera equivocada, pero no maneja los niveles de maldad de Adolfo. Cuando Valerio se entera que Natalia es su hija, hará hasta lo imposible por recuperarla y salvarla de Adolfo Uzcátegui.

Cuando Adolfo conoce a Natalia, queda prendado inmediatamente de ella. La pueblerina muchacha le recuerda a la única mujer que él amó en el pasado y que lamentablemente nunca tuvo. Adolfo enloquece de amor por Natalia y desea convertirla en su esposa. Desde hace años, Adolfo vive en concubinato con Irene, a quién en verdad no quiere, solo la tiene a su lado para que le caliente las sábanas y se encargue de todas las cosas del hogar.
La hacienda de Adolfo es la más grande de aquel lugar, sus tierras son ricas, pero no corre por ellas ningún río y eso está matando de sed a su ganado. Es por eso, que hace un pacto con Valerio Moncada. Es dueño de una fructífera mina de diamantes. Adolfo al descubrir los amores clandestinos de Natalia y Luis Manuel, no descansará hasta despedazar a su propio hijo.

Es la muchacha más bella de aquellos lares y ella lo sabe. Pareciera que Perla heredó de Adolfo su maldad y su ruindad, su capacidad para destruir a sus enemigos. Una vez que Natalia entra a trabajar a aquella casa como sirvienta; Perla ni repara en ella pues la considera muy poquita cosa, pero al enterarse que su esposo Luis Manuel está enamorado de la humilde campesina, su odio se desata.

Luis Manuel es un muchacho de modales refinados, criado en los mejores colegios de los Estados Unidos. Dueño de una gran educación y de inteligencia brillante. Valiente y galán. Sabrá imponerse cuando quieran manipularlo. Defenderá con fiereza su amor por la humilde pueblerina Natalia.
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